Las tradiciones y costumbres están firmemente arraigadas en la vida cotidiana de Suiza. Con frecuencia, mantienen alguna relación con las actividades agrícolas, las temporadas del año o las fiestas cristianas, pero al mismo tiempo son tan heterogéneas como los propios habitantes de este país.
Tradiciones – datos y cifras
- El inventario nacional de Suiza, establecido en el marco de las convenciones de la UNESCO, abarca 167 costumbres vivas, entre las que figuran, por ejemplo, el Carnaval de Basilea o la Fiesta de los vinateros de Vevey.
- El 1 de agosto es el Día de la Fiesta nacional, que se celebra cada año desde 1889. La fecha conmemora la Carta de confederación de 1291, con la que los tres cantones fundacionales de Suiza prometieron apoyarse mutuamente contra ataques foráneos.
- La Fiesta Federal del Yodel reúne cada trienio a más de 10.000 cantantes, lanzadores de banderas y músicos de la trompa alpina que compiten por ser los mejores. La fiesta dura tres días y atrae a más de 150.000 visitantes.
- Heidi” de Juana Spyri, novela mística escrita en el siglo XIX que narra las aventuras de una moza de las montañas suizas, se ha traducido a más de 50 idiomas y se ha llevado a la pantalla ya en varias ocasiones.
- Deportes como la lucha del calzón o el hornuss (una mezcla entre golf y béisbol) forman parte del folklore típico de Suiza.
- La federación nacional de la lucha suiza cuenta con más de 50.000 afiliados, y a la última Fiesta federal de la lucha suiza y de los juegos alpestres acudieron más de 400.000 visitantes.
- El jass es un juego de napies suizo extendido por todo lo ancho y largo del país hasta el valle más recóndito. Desde el siglo XV se practica este juego con la baraja francesa o alemana.
- La competición de esquí alpino Patrulla de los Glaciares se caracteriza por un recorrido esquiable de 53 km situado en los Altos Alpes. La carrera tiene lugar cada dos años y en ella participan más de 4.700 militares y civiles de cerca de 30 países.
- Los bordados y las puntas industriales de San Galo, originalmente fabricados como adornos para los trajes folklóricos, se hicieron famosos en todo el mundo en el siglo XIX y siguen siendo solicitados hoy en día por la alta costura.