Previsión social

Gracias a la amplia cobertura con seguros sociales, las personas que residen y trabajan en Suiza están protegidas contra aquellos riesgos cuyas consecuencias financieras no serían costeables a nivel individual. Estos seguros ofrecen prestaciones como pensiones, indemnizaciones por pérdida de ganancias o subsidios familiares; además, corren con los gastos en caso de enfermedad o accidente.

Una asistente sanitaria cuida a una mujer anciana en su casa.
En Suiza, la previsión social ofrece protección y apoyo a las personas, desde la cuna hasta la vejez. © DFAE, Presencia Suiza

El régimen suizo de seguridad social se divide en cinco áreas: el seguro de vejez, supervivientes e invalidez (pensión), la protección contra las consecuencias de enfermedades y accidentes, las indemnizaciones por prestación del servicio militar o civil y por baja maternal, el seguro de desempleo y los subsidios familiares.

El régimen de pensiones se basa en tres pilares. El “primer pilar” comprende el Seguro de Vejez y Supervivientes (SVS) y el Seguro por Invalidez (SI). Se financia a través de las cotizaciones salariales pagadas a medias por empleados y empleadores. Se trata de un seguro estatal y obligatorio. El “segundo pilar” constituye la previsión profesional, que es obligatoria y a la que deben contribuir todos los asalariados a partir de ingresos anuales de 22.050 francos. En cambio, la previsión privada —el llamado “tercer pilar”— es una contribución voluntaria. Los ingresos en el tercer pilar se benefician de deducciones fiscales. Generalmente, se trata de capital vinculado que no se libera hasta la jubilación. Mujeres y hombres se jubilan en Suiza a los 65 años.  

El seguro de enfermedad y accidentes corre a cargo de sociedades privadas y es obligatorio para todas las personas domiciliadas en Suiza. Los asegurados son libres de elegir la compañía aseguradora de su confianza. El importe de la prima mensual del seguro médico depende de la caja de enfermedad, del modelo de seguro y de la franquicia (las personas adultas pueden elegir entre una franquicia anual mínima de 300 y máxima de 2.500 francos). A partir del momento en que los asegurados hayan agotado la franquicia, deberán hacerse cargo del 10 % de sus costes sanitarios (se trata de la denominada cuota-parte). La cuota-parte está limitada a un máximo de 700 francos por año natural. Además del seguro básico obligatorio, las compañías aseguradoras suelen ofrecer numerosos seguros complementarios.

Las prestaciones de la Indemnización por Pérdida de Ganancias (IPG) cubren las pérdidas salariales por el servicio militar, el servicio civil y la protección civil. Además, la indemnización subsidiaria cubre el 80 % de las pérdidas salariales durante las primeras 14 semanas después del parto en caso de maternidad (subsidio de maternidad), así como las pérdidas salariales durante las dos semanas del permiso por paternidad.

El seguro de desempleo garantiza una indemnización del 70 y al 80 % de la última nómina percibida por el asegurado. En función de la edad, de las obligaciones alimenticias y del período de cotización, los asegurados tienen derecho a indemnizaciones por un período  de entre 90 y 520 jornadas. Sin embargo, una condición previa para acogerse a este derecho es haber pagado las cotizaciones mínimas durante al menos doce meses en los dos años previos a la desocupación.

El importe del subsidio familiar por hijos varía de un cantón a otro. El mínimo se sitúa en 200 francos mensuales por hijos menores de 16 años de edad. Los subsidios de formación se elevan a un mínimo de 250 francos al mes por cada hijo de entre los 16 y 25 años de edad.