Suiza-Nepal: historias de puentes, en el camino hacia el federalismo

«Suiza ha desplegado un especial esfuerzo en Nepal y los resultados de las acciones de distintas organizaciones son muy significativos. El particular interés por Nepal se explica naturalmente porque existe cierta similitud entre este país montañoso y el nuestro. Pese a las aparentes diferencias, ello genera una corriente de simpatía hacia Nepal».

Una proximidad natural. Una cooperación fructífera. Una relación que debe mantenerse en el tiempo. Estas fueron las observaciones dirigidas por Raymond Probst, entonces jefe de sección del Servicio Política Oeste, en una nota al consejero federal Wahlen en julio de 1962. Un año más tarde, Nepal se convirtió en un país prioritario de la cooperación suiza al desarrollo.

Desde entonces, han continuado las relaciones bilaterales entre Suiza y Nepal, enriqueciéndose en muchos sentidos. Las palabras clave para una contribución eficaz de Suiza en el país del Himalaya son el intercambio de saber hacer y la adecuada adaptación a la realidad nepalí.

En vísperas de su viaje a Katmandú y de la publicación de la nueva estrategia para Nepal 2023-2026, Bárbara Böni, jefa de la Sección Asia, se presta al ejercicio de las 3 preguntas siguientes, entre similitudes y perspectivas de futuro.

Lal Bahadur Koli es un joven de la región de Dhangadhi, al oeste de Nepal, en la frontera con India. Su familia, de origen humilde, está establecida allí desde hace generaciones. Ella vivió la llegada a Nepal de la cooperación suiza al desarrollo. Paralelamente, sus padres asistieron a la coronación del rey Mahendra Bir Bikram Shah en 1955 en Katmandú, a la que había sido invitado el ministro suizo en India, Clemente Rezzonico. «Aún está todo por hacer», informó este al Consejo Federal tras su viaje.

Al principio, esta ayuda suiza consistía sobre todo en la transferencia de conocimientos técnicos, orientados a la vida cotidiana de la población, especialmente para la producción de queso y cuestiones agrícolas. El cultivo eficiente de la papa se convirtió en una prioridad en la década de 1970. Las investigaciones efectuadas a fin de definir la mejor variedad de papa para sembrar en este país montañoso, respaldadas por la experticia suiza, permitieron a la generación de los padres de Lal Bahadur mejorar la rentabilidad de sus campos y al país alcanzar la autosuficiencia en este producto esencial.

La agricultura, una de las principales fuentes de ingresos del país, no es infinitamente extensible. Además del limitado número de tierras cultivables, también constituían un problema las infraestructuras viales y de acceso a estas zonas de montaña, así como el simple acceso de la población de las aldeas a los servicios básicos. Para el buen desarrollo de Nepal, era, pues, importante perfeccionarlos. En esta lógica inicial de ayuda para la vida cotidiana de la población, Suiza transmitió su saber hacer en los años de 1960 para la construcción directa de puentes de senderos. Para la generación de los padres de Lal Bahadur, esta ayuda supuso un considerable ahorro de tiempo y, por lo tanto, un incremento de productividad en los campos.

En la década de 1990, este enfoque cambió. A la generación de Lal Bahadur se le implicó más en los proyectos de construcción de puentes y en enfoques de índole participativa. Él, que era un jornalero, también pudo beneficiarse de los empleos creados por estos proyectos tanto en el sector de la construcción como en el de la agricultura, el cual se vio muy beneficiado por estos accesos facilitados.

Desde 2015, el apoyo de Suiza se sitúa a un nivel más sistémico en el ámbito de las infraestructuras. Desde entonces, la COSUDE trabaja principalmente, a petición del gobierno nepalí, para definir los roles, establecer los marcos jurídicos, políticos y reglamentarios para los puentes y ayudar a mejorar las capacidades institucionales de las autoridades provinciales y locales en este sector.

En 1961, los padres de Lal Bahadur vivieron la construcción del primer puente de sendero por parte de la COSUDE. Hoy, su hijo y sus nietos pueden medir el impacto en la vida cotidiana de las 9.000 infraestructuras construidas desde entonces, utilizadas por unos 16 millones de nepalíes. En promedio, 1.6 millón de personas atraviesan estos puentes diariamente. Además de acortar los trayectos, allí donde se construyeron los puentes, la asistencia escolar aumentó un 16 %, facilitando el acceso a la educación de los tres hijos de Lal Bahadur y de otros niños en todo el país.

Para Lal Bahadur, el salario diario que gana no es suficiente para subvenir confortablemente a las necesidades de su familia. Como muchos otros nepalíes, decidió irse a trabajar en el extranjero. La emigración fue muy importante durante el período de guerra civil de 1996 a 2006. El gobierno aún no reconoce el éxodo de esta mano de obra como un fenómeno económico o social importante.

La emigración también representa un gran peligro. Lal Bahadur lo vivió de primera mano. Mientras luchaba por conseguir un empleo, conoció a alguien que le propuso un trabajo como agente de seguridad en los Emiratos Árabes Unidos. Feliz con esta propuesta, Lal Bahadur reunió todos los ahorros de su familia para financiar el proceso de reclutamiento y en 2020 se fue a Abu Dabi, pero nadie vino a recibirle en el aeropuerto. Bloqueado en el país, tuvo que mendigar y resignarse a pasar varias noches en la calle.

Afortunadamente para Lal Bahadur, la actitud del gobierno nepalí frente al éxodo de la mano de obra ha evolucionado en la última década, traduciéndose en el reconocimiento oficial del rol de la migración en el desarrollo socioeconómico del país. Lal Bahadur ha podido beneficiarse de la ayuda de uno de los programas de asistencia a los migrantes creados entretanto, el Proyecto Migración Más Segura (SaMi). En efecto, desde 2011 la COSUDE acompaña al gobierno en sus esfuerzos por promover una migración más segura frente a los riesgos de explotación y por reforzar principalmente los servicios de información y de formación continua antes de que los migrantes abandonen el país.

Al igual que el sector de los puentes, paralelamente a la consolidación del Estado federalista nepalí, el apoyo suizo es cada vez más sistémico. Suiza sigue comprometida con el sector de la migración y en los próximos años se propone intensificar sus esfuerzos para institucionalizar el apoyo a los trabajadores migrantes y a sus familias. Asimismo, apoyará la reinserción económica y social sostenible de los trabajadores migrantes a fin de aprovechar mejor su contribución al crecimiento económico local, evitando así los ciclos migratorios repetidos.

Un compromiso sostenible de la COSUDE a favor de flujos migratorios seguros tanto en el viaje de ida como de vuelta.

En 2015, Nepal adoptó una nueva constitución federal, creando 753 gobiernos locales y siete provincias. Las elecciones de 2017 dieron paso al nombramiento de miles de nuevos elegidos de distintas procedencias sociales y económicas. Suiza sirvió de modelo para el advenimiento de este nuevo modo de gobernanza.

No obstante, sigue siendo un desafío la creación de una cultura política que responda a las necesidades del conjunto de la población, al igual que el funcionamiento del nuevo sistema federal. A fin de mantener toda su eficacia, la cooperación suiza al desarrollo se ha adaptado, pues, a la nueva realidad nepalí, elaborando un enfoque más sistémico para sus esfuerzos de apoyo a Nepal.

Este enfoque refleja la reputación, las competencias y las redes de larga data de Suiza en Nepal y está relacionado con la evolución del contexto. Dicho enfoque responde a los procesos de transformación de Nepal y pretende mejorar el bienestar socioeconómico de la población local en un Estado federal inclusivo y que rinde cuentas. Hoy en día, ello se traduce principalmente en un fuerte compromiso de la COSUDE con la mejora del clima empresarial. Suiza se esfuerza también por apoyar a las PYMES del sector agroalimentario y de otros sectores en materia de innovación y de acceso a la financiación.

Asimismo, se fomenta el desarrollo de competencias profesionales a través del modelo de aprendizaje sobre todo entre las jóvenes y los jóvenes de los grupos desfavorecidos. Suiza procura integrar a las grandes empresas y corporaciones en este modelo. Mediante la adquisición del saber hacer específico de estos cursos, se favorece el acceso al empleo de los jóvenes nepalíes y con ello la perspectiva de mejores ingresos.