La crisis alimentaria mundial: Una conjunción de diversas causas

828 millones de personas sufren hoy hambre en todo el mundo, Es decir, el 10% de la población mundial. En la actual crisis alimentaria mundial confluyen causas y detonantes como el cambio climático, los conflictos, la COVID-19 y las crisis económicas, que ya de por sí suponen una dura prueba para las personas. La crisis alimentaria que generan puede reducir sus vidas a una lucha por la supervivencia.

Gode wereda Dolo Baad es una región que suele estar afectada por la sequía. En el centro de distribución, la gente recibe cereales y alimentos. (Etiopía, 2017). © FAO/IFAD/WFP/Michael Tewelde

Millones de personas sufren la crisis alimentaria en todo el mundo. El número de afectados ha alcanzado un nivel sin precedentes. Bien sean los fenómenos climáticos como sequías e inundaciones, la pandemia, los conflictos armados o las crisis económicas que provocan la subida de los precios, el hambre del mundo tiene diversas causas y no pocas veces se ve agravada por la interacción de varios factores. La pandemia de la COVID ha vuelto a agravar fuertemente la situación desde 2020.

828 millones de personas pasan hoy hambre, según el Programa Mundial de Alimentos (WFP) de las Naciones Unidas y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El WFP estima en 349 millones el número de personas que sufrirán hambre aguda hasta finales de 2022. De ellas, 49 millones se encuentran en una situación de emergencia extrema, es decir en peligro inmediato de muerte. Las cifras de niños afectados son también alarmantes: 153 millones de menores pasan hambre aguda; 60 millones de niños menores de 5 años sufren desnutrición grave.

Programa Mundial de Alimentos (WFP)

El Programa Mundial de Alimentos (WFP) de las Naciones Unidas es la mayor organización humanitaria del mundo en la lucha contra el hambre y la malnutrición. El WFP es una contraparte importante en materia de seguridad alimentaria; en 2021; Suiza concedió al WFP una aportación de unos 100 millones de francos. Además de apoyar el trabajo general del WFP, Suiza presta sobre todo ayuda técnica y financiera en materia de protección y rendición de cuentas a los grupos de población afectados, de adaptación al cambio climático y prevención de desastres así como de logística.

Programa Mundial de Alimentos (WFP)

Cambio climático y clima extremo

Sequías e inundaciones pueden provocar una crisis alimentaria devastadora en las regiones afectadas. Tierras secas y cosechas destruidas por las inundaciones dejan tras de sí una gran brecha en la producción local de alimentos. La crisis de la sequía en el Cuerno de África, donde no llueve desde hace años, o las inundaciones de Pakistán son ejemplos que también este año han sido el foco de atención de la opinión pública internacional. Es de prever que con el cambio climático la frecuencia de tales extremos meteorológicos aumente.

Pero también a nivel general el cambio climático conlleva serias dificultades para la producción de alimentos, lo cual, en última instancia, se traduce en menores cosechas y en el aumento del precio de los alimentos. Una evolución que plantea graves problemas tanto para los consumidores como para los pequeños agricultores.

Conflictos armados

Yemen, Etiopía, Haití o Ucrania son países en que los conflictos armados y las guerras entre bandas han provocado una interrupción de la producción y el suministro de alimentos. Campos y plantaciones quemados, robo de ganado y cosechas e interrupción del transporte de alimentos son fenómenos frecuentes que afectan gravemente a la población local y sus medios de vida. En el caso de Ucrania, la interrupción de la exportación de trigo supuso un duro golpe para aquellos países que dependen de esta materia prima para la producción de alimentos básicos como el pan. Esto provocó una reacción en cadena de dimensiones globales, que agravó aún más la situación en muchas regiones del mundo.

Aproximadamente el 70% de las personas afectadas por una crisis alimentaria vive actualmente en una región en conflicto. Aunque la violencia no sea en algunas partes la causa directa del hambre de las personas, no deja de empeorar una situación ya de por sí difícil. Los conflictos prolongados, en combinación con los demás factores mencionados provocan largas crisis de las que es sumamente difícil salir.

Crisis económicas

Las crisis económicas pueden limitar la producción alimentaria y el acceso de la población a los alimentos. Incluso antes de la guerra de Ucrania, los precios del trigo y de los fertilizantes aumentaron de manera sustancial debido a la persistente inflación en muchos países; ahora, la guerra agrava drásticamente la situación en el mercado mundial. Según los cálculos del WFP, los precios de los alimentos han subido en todo el mundo una media del 33% desde enero de 2020, y los precios de los fertilizantes, importantes para la agricultura, han subido hasta un 202% en el mismo periodo. A esto se añade el aumento del precio de la gasolina (+49%), que encarece los costes del transporte. La subida de precios afecta a todos los eslabones de la cadena de suministro, desde la producción y el procesamiento hasta la compra de los alimentos.

También para las organizaciones humanitarias que trabajan en el ámbito de la seguridad alimentaria, el aumento de los precios de los alimentos y del transporte supone un notable incremento de los costes de compra y suministro de los productos. Esto, sumado al creciente número de personas afectadas, repercute en el presupuesto de estas organizaciones.

COVID-19

En este contexto, no podemos pasar por alto las consecuencias de la pandemia de la COVID-19. Según el WFP, el número de personas que sufren hambre aguda ha aumentado desde 2020 en 200 millones, llegando en la actualidad a los 349 millones. Con la pandemia en curso, hay más personas que se han visto abocadas a la inseguridad alimentaria que antes. Las consecuencias económicas de la pandemia, tales como las interrupciones de las cadenas de suministro mundiales, las pérdidas de producción y un debilitamiento general de la economía mundial, acrecientan el número de personas que pasan hambre.

Punto prioritario Crisis alimentaria

La necesidad de intervenciones humanitarias y de proyectos de desarrollo a largo plazo para fomentar la seguridad alimentaria es más acuciante que nunca, y no se prevé que se reduzca en 2023. Al contrario, en vista de la situación actual, habrá aún más personas que necesiten la ayuda de la comunidad internacional. Dado que las causas de la inseguridad alimentaria son diferentes, se requiere igualmente adoptar diferentes enfoques para ayudar a las personas necesitadas y para encontrar soluciones para la seguridad alimentaria, sostenibles y a largo plazo. La COSUDE organiza del 5.-9.12.2022 una semana temática sobre la crisis alimentaria para presentar a través de diferentes canales las causas de esta crisis global así como distintos contextos y proyectos regionales. 

Volver a inicio