Contexto
La biodiversidad se sitúa en un contexto de tensión. Si bien la transformación de los ecosistemas naturales en extensas tierras de labranza aumenta la producción agrícola y mejora el abastecimiento, esta evolución pone en peligro la diversidad de las especies y, entre otras cosas, el autoabastecimiento de la población local. El reto radica en transformar las zonas rurales de forma cuidadosa y en beneficio de todos los interesados. La biodiversidad es asimismo importante para la investigación médica: las plantas naturales y silvestres son a menudo el punto de partida de los procesos de desarrollo de medicamentos.
En todo el mundo el número de distintas especies vegetales utilizadas en la alimentación humana se estima en cerca de 7000. En la actualidad, el arroz, el maíz y el trigo aportan más del 50% de todas las calorías de origen vegetal. En 2019, el 75% de la alimentación humana proviene únicamente de doce plantas y cinco especies animales. La diversidad de las especies vegetales disminuyó considerablemente en los últimos 100 años. En China, por ejemplo, existían más de 10°000 tipos de trigo en 1949, mientras que en la actualidad se cultivan aún menos de 1000. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la comunidad internacional ya ha perdido tres cuartos de la diversidad vegetal originalmente utilizada en la alimentación.
La especialización en unas pocas variedades de cereales y hortalizas representa un riesgo. Una diversidad genética suficiente protege a largo plazo de evoluciones inesperadas tales como enfermedades y plagas.
A escala mundial, el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica aborda la cuestión de la protección y la explotación sostenible de la biodiversidad y de la compensación equitativa de los beneficios resultantes de la utilización sostenible de la biodiversidad. La Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO aborda específicamente las cuestiones relacionadas con la biodiversidad agrícola.
En el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, Suiza reafirmó su compromiso internacional de duplicar sus aportaciones en un lapso de diez años. Como país cuya diversidad biológica está en grave peligro, Suiza brinda apoyo a los esfuerzos globales desplegados para preservarla.