El enarenamiento de los manantiales y de las tierras fértiles y la degradación de la vegetación natural representan amenazas reales para toda la región. Algunas comunidades conscientes de este desafío, con el acompañamiento del Programa de Desarrollo Rural, han elaborado estrategias, principalmente mediante la puesta en marcha de organizaciones comunitarias (comités y agrupaciones) de gestión del medio ambiente y la implicación de las autoridades (administrativas, tradicionales y comunales) y la diáspora que vive en las ciudades del país. Han iniciado medidas de protección de los brotes jóvenes, de reforestación comunitaria y de lucha contra el enarenamiento de los manantiales. Se han creado comités aldeanos de protección del medio ambiente que pueden contribuir a preservar los recursos naturales.
Los resultados de este acompañamiento son alentadores. Dan testimonio de la toma de conciencia de los agentes locales y de su compromiso con la necesidad de luchar contra el enarenamiento:
- Se han construido más de 14 000 metros lineales de empalizadas tejidas con palmas a lo largo de los corredores de viento.
- Los propietarios han recuperado tierras que habían quedado engullidas por las arenas y que ahora han recobrado su valor. Se han plantado 150 retoños de datileras sobre las tierras liberadas de las dunas de arena.
- La protección y la regeneración de la vegetación han permitido la recarga de las capas freáticas.
El objetivo global del programa es la mejora, la perennización y una proyección más amplia de las medidas que se han emprendido localmente contra la desertificación, así como el desarrollo de vínculos y la cooperación entre los agentes implicados y la Oficina Nacional de Lucha contra la Desertificación, con el fin de consolidar y reforzar las medidas ya implementadas e inscribirlas en una política nacional orientada al largo plazo y al conjunto de los espacios afectados.